Silenciar sin prohibir, cuando el censor somos todos
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Detector de humo: Contra el desorden informativo (28): Silenciar sin prohibir, cuando el censor somos todos
La poscensura constituye un fenómeno reciente que afecta de modo radical las reglas del juego en la libertad de expresión
a poscensura opera horizontalmente, sin un centro claro y de modo caótico, al ser ejecutada por usuarios comunes, comunidades indignadas y plataformas digitales. No silencia con prohibiciones legales o allanamientos, sino con campañas de desprestigio, amenazas y boicots digitales.
Esto ha generado un ambiente de autocensura en el que la prudencia ya no se considera una virtud, sino un mecanismo de defensa que crea un desorden informativo (DI), que surge no de la mentira sino del silencio forzado.
El síntoma más claro de la poscensura es la cultura de la cancelación
A diferencia de la crítica constructiva, que implica una respuesta razonada y argumentada, el linchamiento digital –avivado muchas veces por la cultura de la cancelación– suele ser irracional y desmedido.
Al final, muchas personas prefieren autocensurarse o refugiarse en el anonimato
la poscensura puede operar en espacios privados para silenciar voces incómodas sin prohibiciones formales
La poscensura margina discursos divergentes y penaliza emocional, reputacional y profesionalmente a quienes se atreven a pensar distinto.
La poscensura nos pone frente a una verdad incómoda: todos somos parte del problema y, por tanto, de la solución.
Sin ciudadanos capaces de distinguir entre crítica legítima y linchamiento digital, seguiremos siendo víctimas y cómplices de un sistema que confunde justicia con venganza.