Hay una crisis de estudiantes haciendo trampa con la IA
“incluso los alumnos buenos”, los que venían a clase con ganas de hablar de las lecturas, utilizaban la IA para evitar las tareas hechas fuera de la clase
pasar a pedirles que escriban ensayos en la clase, optar por exámenes orales, implementar horas de consulta obligatorias y otras evaluaciones que exijan a los alumnos demostrar sus conocimientos en tiempo real.
un regreso a un modelo más antiguo y relacional de educación superior
los estudiantes tienen que aprobar exámenes orales y defender su tesis en viva voce (“con la voz viva”) en conversación con sus examinadores.
La duda aquí es si no se creará un conflicto entre profesores y estudiantes alrededor de un criterio de evaluación, así sea con una rúbrica.
nuestras prácticas actuales en torno a la escritura de los alumnos no forman parte de una tradición antigua
pedirles que realicen tareas que solo pueden llevar a cabo si han aprendido el material de clase (lo que se denomina evaluación auténtica)
La conversación en el aula, en el caso de algunas clases magistrales con cientos de alumnos, está destinada al fracaso.
Ya se están publicando estudios sobre exámenes orales a gran escala.
Para muchos de ellos, escribir ensayos con tiempo límite no es el regreso a un hábito familiar, sino una modalidad nueva y desconocida.
no queremos que nuestros alumnos fracasen, pero tampoco queremos que no aprendan
la escritura universitaria volverá a su estado histórico, con más énfasis en que los estudiantes escriban para memorizar cosas, en lugar de para crear un artefacto escrito.
la universidad no se dedica a la transferencia de información, sino a la formación de la identidad.
la vuelta a un estilo más conversacional y extemporáneo hará que la educación superior sea más interpersonal, más improvisada y más idiosincrásica, lo que regresará el sentido de comunidad a nuestras instituciones.